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Foto del escritorClaudia Cardinali

Diario Gourmet 1: "Sergio en Santiago"

10.ABRIL.2018

Empiezo a escribir luego de la ingeniosa idea de juntarnos a compartir cosas ricas entre los amigos eternos.

- ¿Quiénes?

- Los del grupo Whatsapp “Sergio en Santiago”.

- O sea...

- Sergio Troncoso, obvio, la excusa perfecta para juntarnos, cuando nuestro juez de familia viene a trabajar raudamente desde La Serena, en unos viajes flash, pero ojo... siempre nos reserva un espacio para compartir. No importa la cantidad, sino la calidad de sincero compañerismo. De querer juntarse con nosotros por el placer de juntarnos.

El resto somos comparsa, pero no cualquiera...

- A ver...

- Elizabeth Simonsen: Una famosa periodista y escritora. Preocupada de la contingencia, culta y sorprendentemente “rusia inteligente”. Estereotipos sociales absurdos... pero además flaca y linda, buahhh, el universo es injusto, lo tiene todo.

Jorge López: el inigualable “Giorgio” compañero de mil aventuras, solidario, decidido, vanguardista y “mino”, ya lo dije, ¿y qué? ¿Solo Yerko puede decir lo que se le ocurra? Es la postura seria, profunda, de mucho “mundo” y representa absolutamente la libertad de ser y de expresarse. Cuando fuma, tiene ese aire de pensador inspirado y elegante. Da gusto verlo fumar, ¡qué importan sus pulmones si total es feliz y son de él!

Andrea Arancibia: bella, realmente bella y Fonoaudióloga. Nos puede traducir cuando nos expresamos atolondrados queriendo compartir nuestras experiencias. Es como una diosa en la tierra, dulce y atractiva. Refleja bondad y es muy espontánea. Pero no por ello uno vaya a pensar que es superficial. Todo lo contrario, suavecito, suavecito, tiene opinión y posturas firmes a cualquier tema, por muy controversial que sea.

Alicia Varela: nuestra ¿psicóloga o socióloga? ¿o las dos? Bueno, da lo mismo. Lo importante es esa energía que proyecta, esa fuerza para emprender y la vocación social, que siempre la hace estar en primera línea de la contingencia. Se puede parar frente a cualquiera y después de la primera frase el interlocutor piensa “esta chica se las trae...”. De chica... nada. Absolutamente una mujer completa, libre, empoderada de sus convicciones y con la capacidad de mover el mundo.

Aurora Salazar: nuestra doctora desaparecida en acción. Hubo que alinear los planetas, hackear un poco y poder reencontrarla después de años. No sé cuántos. ¿Unos 10? No importa. El reencuentro fue natural como si hubiéramos estado siempre conectados. Ella, adorable, sin ni una arruga (dijo la picá). Debe ser por la tranquilidad que lleva a todas partes. De pocas palabras y gran poder de observación. Lamentablemente con muchas responsabilidades que hacen imposible que pueda asistir a todas las juntas. Pero siempre le tenemos un espacio reservado, “porsiaca”.

Y yo. No me voy a describir, porque creo que podría generar envidia en algunos (cámbiese envidia por risa). Solo expreso mi agradecimiento al ser aceptada en tan selecto grupo. Es algo que no tiene cualquiera y cada vez que los veo aprendo un montón de cosas y disfruto la conversación, que cada vez más está siendo un bien escaso, por no decir raro. Hoy parece que más se chatea que se conversa.

- Harto potente los chiquillos... es como una reunión de filósofos.



Bueno, todo este preámbulo para explicar, quiénes somos y por qué nos juntamos. Y como no solo de cultura vive el hombre... nos tenemos que sacrificar y degustar exquisiteces mientras intercambiamos opiniones de lo humano y lo divino.

En este primer episodio, primero que se escribe, hay muchos otros anteriormente (tal vez escriba de ellos como episodios -1, -2, -3, etc.), fuimos a Ramen Kintaro. Un lugar de comida japonesa frente al metro Bellas Artes.

Cuenta la leyenda que anteriormente era muy famoso por el sushi, pero ahora se ha especializado en Ramen. Desde mi ignorancia creo que es sopa.

La carta con platos con nombres japoneses. Escritos con nuestras letras y no en katakana o hiragana, para que no sea tan misterioso.


He de reconocer que las sopas no son lo mío. Al igual que Mafalda, no me gusta la sopa.



Pero a esas alturas y por buena educación, después de un picoteo de gyozas, especie de empanaditas rellenas de camarón o cerdo, que son cocidas, no al horno, untadas en soya, me uní al club y pedí como todos “Ramen” (entiéndase sopa).


Y, oh, sorpresa, oh...

Era rica la sopa. Tiene fideos de arroz, tofu, choclo, verduras varias. Todo condimentado exquisitamente.

Aprendí a comer fideos con palitos, y tomar sopa con una especie de cucharón chiquitito de madera, capaz que haya sido bambú.

Los distintos platos variaban si tenían carne de cerdo, pollo frito o solo verduras. También se podía solicitar que fuera más o menos picante.

El lugar gratamente ambientado con maderas rústicas. Se servía lo más rápido posible tomando en cuenta que estaba lleno. Muchos con reservas previas como nosotros. A penas abrieron a las 19:30 entraron las 20 personas que estaban esperando afuera y así se mantuvo hasta que nos fuimos como a las 23:30.

Todo rico y enriquecedor. Conversamos de temas de actualidad en lo referente al Tribunal Constitucional, a la Ley de Aborto y a la Educación. Cuando se nos pasó lo intelectual caímos en la inevitable chochera de hablar de nuestros hijos, pero poquito, prudentemente para no aburrir a nadie.

Y la próxima...

Dejo las propuestas sobre la mesa: Les Assasains, Liguria, Bocanáriz, todos en el Barrio Lastarria. Que de paso tengo que decir, que está lindo y yo como turista en Santiago recorriendo esos lugares pecaminosos junto a mis amigos de la vida y planeando una próxima...




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